Un
estudio sugiere que el TEPT podría encoger un centro
clave para la emoción y la memoria
Por
Steven Reinberg
Reportera de Healthday
LUNES
5 de marzo (HealthDay News/HispaniCare) -- Los niños
que experimentan estrés traumático pueden sufrir
un daño cerebral que causa una disminución en
el tamaño del hipocampo, una parte del cerebro relacionada
con la memoria y la emoción, según sugiere una
investigación.
Los
investigadores encontraron que los niños que tienen
trastorno de estrés postraumático (TEPT) y niveles
altos de cortisol, una hormona del estrés, tendían
a tener este tipo de daño, lo que podría hacerlos
propensos a la depresión y la ansiedad más adelante
en la vida.
"En
este estudio, analizamos niños que tenían antecedentes
de trauma interpersonal, abuso físico, abuso sexual
o ser testigos de violencia y que habían desarrollado
TEPT", señaló el Dr. Víctor G. Carrión,
investigador principal y director del Programa de investigación
sobre estrés infantil Stanford de la Universidad de
Stanford.
Entre
los síntomas de TEPT se encuentran "reexperiencia",
lo que conlleva recuerdos vívidos, pensamientos intrusivos
o pesadillas, evitación y adormecimiento emocional,
y síntomas físicos como aumento del ritmo cardiaco.
Estos síntomas hacen que el TEPT sea difícil
de diferenciar de otros trastornos, como el trastorno de déficit
de atención e hiperactividad, según el informe.
En
el estudio, el equipo de Carrion midió el volumen del
hipocampo de 15 niños entre los 7 y los 13 años
de edad, quienes sufrían de TEPT. Las medidas se tomaron
entre 12 y 18 meses después del inicio del estudio.
En
un informe de la edición de marzo de Pediatrics, los
investigadores encontraron que los niños que tenían
síntomas más graves de TEPT tenían mayores
niveles de cortisol al comienzo del estudio. "El cortisol
es importante porque estudios en animales han mostrado que
puede ser tóxico para el cerebro y eliminar células
cerebrales", señaló Carrion.
El
grupo de Carrion también encontró que los niños
que tenían los mayores niveles de cortisol tenían
más probabilidades de mostrar reducciones en el volumen
de sus hipocampos al final del estudio, frente a sus contrapartes
también traumatizadas, pero menos afectadas.
La
reducción en el tamaño del hipocampo podría
tener graves consecuencias en la adultez, apuntó Carrion.
"Cuando se deja de tener TEPT crónico, tal vez
no queden suficientes recursos en el hipocampo para combatir
realmente el estrés de manera adecuada en la adultez",
adujo. "Eso hace que haya riesgo de ansiedad y depresión".
Aún
no está claro si la reducción del tamaño
del hipocampo es causada directamente por el TEPT o si un
hipocampo de menor tamaño hace que la persona sea más
vulnerable al TEPT, añadió Carrion. Pero este
estudio sugiere que los altos niveles de cortisol tienen que
ver con el encogimiento del hipocampo, afirmó.
Carrion
dijo que el hallazgo ayuda a comprender el TEPT. "Este
conocimiento podría llevarnos a desarrollar tratamientos
más enfocados y dirigidos", señaló.
"El tratamiento de los niños que tienen TEPT necesita
comenzar lo antes posible", aseguró. "En
tanto reconozcamos el trauma, los niños deben ser investigados
por el TEPT".
Pero
un experto afirmó que las implicaciones del estudio
siguen sin estar claras.
"No
sabemos qué significa un hipocampo encogido",
apuntó el Dr. Glen R. Elliott, jefe de psiquiatría
del Children's Health Council de Palo Alto, California. "No
sabemos si significa que funciona menos bien o que el individuo
tienda a la ansiedad o la depresión. No tenemos mucha
claridad al respecto", señaló.
"Durante
los últimos 20 años, ha habido un reconocimiento
creciente de que el trauma precoz puede tener consecuencias
significativas", apuntó Elliott. El campo de la
atención de la salud mental ha cambiado de creer que
a menos que uno esté físicamente afectado no
hay consecuencias psicológicas duraderas, a apreciar
que el estrés contundente por diversas causas puede
producir cambios sostenidos más adelante, dijo.
Sin
embargo, Elliott no considera que estos hallazgos cambiarán
el tratamiento. "No significa que tengamos que llenar
a los niños de medicamentos", señaló.
"Los tipos de tratamientos que podrían ser efectivos
tal vez sean conductuales", afirmó.
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