Madrid, Barcelona, Sevilla y Valencia y dentro de poco Oviedo
son algunas de las ciudades que disponen de unidades especializadas
para el diagnóstico, tratamiento y seguimiento de las
personas epilépticas. La escasez de estas unidades estriba
en que se precisa de un equipo multidisciplinar y coordinado,
con perfecto conocimiento actualizado, además de requerir
medios diagnósticos de imagen avanzados como la resonancia
magnética de última generación.
Cerca
del 1% de la población padece epilepsia, una enfermedad
crónica del sistema nervioso central. Sin embargo,
con un tratamiento farmacológico adecuado y un régimen
de vida similar al de la población general puede conseguirse
el control total de las crisis en un 80-85% de los pacientes.
La cirugía y otros tratamientos no farmacológicos
también pueden resolver la problemática clínica
en determinados casos. Para conseguir estos objetivos debe
concretarse el tipo de epilepsia y el tipo de crisis del paciente,
de modo que pueda seleccionarse el fármaco idóneo
en cada caso, valorando para ello su eficacia y tolerabilidad
potenciales.
Tratamiento
El
arsenal de fármacos para tratar esta enfermedad es
variado, tanto como tipos de epilepsia se detectan. En concreto
existen en el mercado 19 antiepilépticos diferentes.
"Se debe hablar de varias epilepsias. Se conocen 50 síndromes
epilépticos, lo que genera el empleo de fármacos
con distintos tipos de acción", destaca José
Luís Herranz, neuropediatra del Hospital Marqués
de Valdecilla de Santander y miembro del grupo de estudio
de epilepsia de la Sociedad Española de Neurología.
Con
el tratamiento adecuado, y mediante cirugía en los
casos oportunos, se puede lograr un control y una remisión
de la enfermedad óptima. Pero los candidatos que responden
a la cirugía de la epilepsia siguen posteriormente
estigmatizados por su enfermedad debido a la ignorancia existente
entre la sociedad. Por otro lado, se ha demostrado que la
causa de la enfermedad que se atribuye a determinados infecciones
es un fenómeno infrecuente, aunque se detecta ahora
en algunas personas de origen extranjero. "No es una
enfermedad forzosamente hereditaria, aunque existan casos
en los que sea así. Además, la epilepsia por
asfixia del feto en el parto es también muy infrecuente
hoy en día", señala Herranz.
Con
el tratamiento adecuado, y mediante cirugía en los
casos oportunos, se puede lograr un control y una remisión
de la enfermedad óptima "Una sensibilidad a la
luz se relaciona con la epilepsia, pero esto no es así
exactamente. Hay que acabar con el estigma. La única
contraindicación es la no ingesta de alcohol",
aclara el experto, que ha contribuido a la edición
del libro Evidencia científica en Epilepsia, con el
patrocinio de la compañía UCB Pharma. En esta
nueva obra "se revisan las características clínicas
con las que deben reconocerse los síndromes epilépticos
que afectan al recién nacido, al niño, al adolescente
y al adulto, así como sus tratamientos farmacológicos
o de otro tipo con evidencia de eficacia en los estudios de
la literatura", explica Herranz, también profesor
titular de Pediatría de la Universidad de Cantabria
y asesor de este libro.
Es
especialmente preocupante el caso de los niños con
brotes epilépticos cuando se establece una sobreprotección
innecesaria y se originan actitudes de rechazo inaceptables
en las relaciones de amistad. Muchos de ellos responden correctamente
a los tratamientos e incluso, precisamente por no ingerir
alcohol y ser más prudentes, no sufren el mismo número
de accidentes que las personas no afectadas.
Estudio
LINCE
La
Liga Española contra la epilepsia y los grupos de autoayuda
intentan concienciar y difundir la normalidad del paciente
epiléptico. Según datos del Estudio LINCE, promovido
por los afectados y profesionales de la neurología,
el coste medio anual de recursos sanitarios empleados por
un paciente farmacorresistente en España es de 6.935
euros y más de la mitad de los afectados no puede trabajar
a causa de su enfermedad. Además, y como coincide en
destacar Herranz, "el estudio demuestra que la epilepsia
farmacorresistente conlleva limitaciones para el paciente
y su familia". De hecho el 44% de los pacientes no trabajan
a causa de su enfermedad y el 37,5% de las familias tienen
que afrontar el sobrecoste personal por la necesidad de cuidador,
lo que sucede en un 32,9% .
Las
líneas de investigación de la epilepsia se orientan
sobre todo a la mejora de la resonancia magnética (RM)
para que sea más perfecta y sensible, utilizando para
ello imanes más potentes que ofrecen imágenes
más fieles, lo que orienta el diagnóstico y
el tratamiento. Se investiga igualmente en fármacos
y en la etiopatogenia de la enfermedad, incluso en los factores
que condicionan el éxito o fracaso famacológico.
En el hospital Marqués de Valdecilla se ha iniciado
en este sentido una línea de trabajo con glucoproteína
P puesto que se ha comprobado que si sus niveles son excesivos
bloquea la acción farmacológica.
PRIMEROS AUXILIOS
¿Qué
debemos hacer ante una crisis convulsiva en una vía
pública? Desde la Asociación Solidaria Contra
la Epilepsia recomiendan que delante de una persona que presente
una crisis convulsiva hay que mantener, primordialmente, la
calma. Lo siguiente será proteger la cabeza del afectado
para evitarle posibles traumatismos craneales, colocando algo
suave debajo de la cabeza y sujetándola. Por el mismo
motivo hay que retirar de su alcance todos aquellos objetos
potencialmente peligrosos con los que se pueda golpear.
La siguiente acción es procurar que las vías
respiratorias estén libres. Para ello se debe aflojar
la corbata, la camisa o cualquier tipo de indumentaria que
lleve alrededor del cuello. Suavemente colocarlo en la posición
lateral de seguridad que evitará el entorpecimiento
de las vías respiratorias. Es muy importante no colocarle
nada en la boca, a modo de objeto duro, ni agarrar la lengua.
Es imposible que se trague la lengua, y el peligro de mordedura
una vez ya ha empezado la crisis no se puede evitar.
Se
aconseja quedarse a su lado hasta que la respiración
se normalice y avisar a los servicios de urgencia. Es de gran
importancia orientar de forma concreta al profesional sanitario
de la evolución de la crisis porque puede ser de gran
ayuda en el diagnóstico.
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